Los legisladores Ricardo Bussi y Eduardo Verón Guerra solicitaron al Poder Ejecutivo que se cumpla lo dispuesto por la ley 9297, que establece imponer el nombre de Bernabé Aráoz a la Terminal de Ómnibus de Tucumán. Recordaron que la ley fue sancionada y promulgada en 2020, pero hasta la fecha no se dio cumplimiento de lo establecido.
“Siendo este año dedicado a la conmemoración del fallecimiento del General Bernabé Aráoz, resulta pertinente recordar los fundamentos vertidos en el proyecto de autoría de nuestro bloque, que fundamentó la presentación de la iniciativa en su momento”, manifestaron a través de un comunicado.
Consideraron de estricta justicia otorgar el reconocimiento a aquellos hombres y mujeres que dieron numerosas muestras de heroísmo en el camino de las luchas independentistas y la organización nacional.
“Entre aquellos patriotas que lucharon por la libertad, se encuentra Aráoz, quien dio muestras de su genio y capacidad militar en la crucial batalla de Tucumán de 1812, en la de Salta en 1813, así como en la organización y realización del Congreso de 1816. También fundó la efímera República de Tucumán, que tuvo una constitución, modelo federalista”, rememoran. Y agregan: “Bernabé Araoz fue en Tucumán un ferviente impulsor de las ideas de libertad que comenzaban a gestarse en las provincias de la colonia. Recordemos que fue el Cabildo tucumano, el primero en apoyar al de Buenos Aires. Pero hubo mucho más en Aráoz; sus ideales y los actos llevados a cabo en consecuencia de ellos lo convirtieron en leyenda”.
Bussi y Veron señalaron que “Bernabé Aráoz, como gobernador, fue uno de los primeros en jurar el acta de la Independencia y presidió todos los actos que se realizaron posteriormente. Como consta en los papeles que se conservan en el Archivo Histórico de la Provincia, siguió prestando apoyo al Ejército del Norte y asistencia a los heridos, luego de las sucesivas derrotas. Un ejemplo es el auxilio a los derrotados en Sipe Sipe. También apoyó al comandante José María Pérez de Urdinea, con órdenes del general San Martín, para formar una fuerza distractiva en el Alto Perú, mientras él acometía con su ejército por Chile, para atacar el centro del Imperio en Lima”
“Fue un gobernante comprometido con su pueblo, al punto que de su propio peculio, costeó la acequia que llevó agua potable al centro de la ciudad. Además de ocuparse de la salubridad, educación y sanidad de los ciudadanos, especialmente de los más desvalidos. Al terminar su mandato en 1817, el general Manuel Belgrano lo despidió con las siguientes palabras: Doy las gracias por mí y a nombre de la nación al gobernador saliente por los distinguidos servicios que ha dispensado al ejército auxiliar y por el empeño, actividad y celo con que ha sabio sostener el orden, la subordinación y respeto a las autoridades constituidas en las más tristes, apuradas circunstancias de verse el país amenazado por ejércitos enemigos y por las interiores oscilaciones, que sin vulnerar el orden de la provincia de Tucumán llegaron a tocar sus límites, por lo que recomiendo al señor gobernador entrante este mérito que lo hace digno de las mayores consideraciones”, detallaron los legisladores.
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