José Orellana anticipa el 2023 y adelanta que buscará la reelección en Famaillá


“Como político tengo experiencia e historia; también tengo la habilitación constitucional y la intención”. El intendente de Famaillá, José Orellana, reconoció con estas palabras que en sus planes está competir en 2023 para lograr la reelección en el municipio que hoy comando. Esto no implica, aclaró, que no aceptaría una postulación para otro puesto de mayor jerarquía. 

Cuando afirmó que tiene experiencia sostuvo que es el dirigente tucumano más electo -y para diferentes cargos- desde la vuelta a la democracia, después del fallecido Alberto Herrera. El “Mellizo” enumeró que fue dos veces concejal; tres intendente (la primera vez en 1995); tres legislador; una convencional constituyente y una diputado nacional.

“No voy a negar mi expectativa de continuar, pero estos son tiempos de construcción y de emprender muchas obras públicas. Famaillá tiene proyectos importantes, que serán posible por las gestiones de Jaldo y porque Manzur nos abre las puertas en la Nación”, advirtió. Comentó que tiene pendientes varios objetivos para los próximos años como la concreción de una estación terminal de ómnibus; un nuevo cementerio; las cloacas y una planta potabilizadora; la renovación de la plaza central y el Hospital regional.

Orellana reconoce que su armado político está “bien posicionado”, porque cuenta con un fuerte trabajo territorial en toda la zona. Entre los principales referentes de su espacio están su hermano Enrique (es legislador), su esposa Sandra Mendoza (es senadora nacional) y su hija Nataly Orellana (es concejala). Además, su equipo es el representante local del Partido del Trabajo y la Equidad (Parte), cuyo titular nacional es Alberto Fernández.

El jefe municipal afirmó que no apoyaría una eventual iniciativa futura para ampliar la posibilidad de más reelecciones: “no hay humor social para eso. Hay que saber leer a la gente, que habla con los votos y también con los silencios, que son las abstenciones. Hablar de una reforma para acomodar a los políticos tendría mucho rechazo. No hay que meter la mano en el hormiguero. En política, hay que hacer el mejor pan con la harina que hay”.

¿Cómo cree que será la campaña del año que viene? “Todo depende de la unidad del peronismo”, sentenció. “Se pondrán muchos intereses individuales en juego porque se renuevan todos los cargos. En la elección general del año pasado, después de la interna, estuvieron unidos los de arriba, pero abajo no llegó la unidad. La lección que nos dejó está en los números, en la pérdida de votos (entre las Primarias y las generales). Por acción o por omisión, algunos jugaron mal”, reconoció sin esquivar la cuestión del enfrentamiento entre el manzurismo y el jaldismo.

“La prenda de unidad ahora tiene que ser la fórmula (de gobernador y vice). El peronismo volverá a ganar. Además, los contrincantes de la oposición no podrán salir unidos”, vaticinó.

Orellana había llegado a su actual gestión en 2019. Se consagró contra todos los pronósticos. Sucede que compitió mediante un acople, con su partido Tucumán Innovador, y venció por un pequeño margen a la candidata que era apoyada por la Casa de Gobierno, la entonces intendenta Patricia Lizárraga. (La Gaceta)


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